Torá en Español
Tu Bishvat
Sueños de trascendencia
El pueblo judío sabe, desde muy tempranas épocas, que una de las mejores maneras de trascender como pueblo es sembrando árboles.
Resulta sumamente interesante analizar las palabras del Midrash en VaiKrá Rabá (25, 3): Desde los tiempos de la creación del mundo, el Santo Bendito se ocupó de sembrar (un jardín) en primera instancia…También ustedes –dice Di-s- ocúpense ante todo de sembrar al ingresar a la Tierra Prometida.
Antes –incluso- de ordenar la construcción del Beit HaMikdash, vemos que Di-s exige a Israel la plantación de árboles.
Tan ligada está nuestra vida como pueblo a los árboles, que incluso Di-s, a la hora de revelarse ante Moshé, eligió hacerlo a través de un árbol.
Los judíos pudimos sobrevivir a la destrucción de dos Batei Mikdash. Pudimos superar la perdida de las Tablas de la Ley...Pero desde muy jóvenes, se nos ha enseñado como pueblo, que sin árboles nos morimos...
Uno de los mayores orgullos de todo israelí reside en haber podido transformar un desierto en un vergel.
Conquistar la tierra no fue para Israel una gesta de devastación, como lo fue para tantos conquistadores en la historia. Israel defendió y defiende esta tierra por medio de las armas. Pero conquistarla...la conquistó, plantando y sembrando...
Uno de nuestros mayores orgullos es ver como esta tierra, descuidada y olvidada por todos aquellos que la habitaron durante los últimos dos milenios, hoy tiene verde en cada uno de sus rincones. Israel es el único país sobre la faz de la tierra, que en el presente tiene más árboles de los que tenía en el momento de su independencia.
Tan ligada está nuestra vida como pueblo a los árboles, que incluso Moshé al finalizar el Shirat HaIam, el canto que mañana cantará Israel después de cruzar el Iam Suf, dice Teviemo VeTitaemo BeHar Najaleja. ‘Habrás de traer a Israel –dice Moshé- y los habrás de sembrar (VeTitaemo) en el monte de tu heredad’.
Di-s no solo nos bendijo trayéndonos a esta tierra. Di-s –como buen jardinero que es- nos sembró en está tierra. Con la misma pasión con la que sembró el gan eden después de crear el mundo.
En este Shabat BeShalaj, Tu BiShvat (Año nuevo de los árboles), afirmamos con esa misma pasión que en tanto mantengamos nuestras raíces profundas y sigamos siendo capaces de dar frutos como pueblo, nadie ni nada nos va a poder arrancar de aquí.
El pueblo judío sabe, desde muy tempranas épocas, que una de las mejores maneras de trascender como pueblo es sembrando árboles.
Resulta sumamente interesante analizar las palabras del Midrash en VaiKrá Rabá (25, 3): Desde los tiempos de la creación del mundo, el Santo Bendito se ocupó de sembrar (un jardín) en primera instancia…También ustedes –dice Di-s- ocúpense ante todo de sembrar al ingresar a la Tierra Prometida.
Antes –incluso- de ordenar la construcción del Beit HaMikdash, vemos que Di-s exige a Israel la plantación de árboles.
Tan ligada está nuestra vida como pueblo a los árboles, que incluso Di-s, a la hora de revelarse ante Moshé, eligió hacerlo a través de un árbol.
Los judíos pudimos sobrevivir a la destrucción de dos Batei Mikdash. Pudimos superar la perdida de las Tablas de la Ley...Pero desde muy jóvenes, se nos ha enseñado como pueblo, que sin árboles nos morimos...
Uno de los mayores orgullos de todo israelí reside en haber podido transformar un desierto en un vergel.
Conquistar la tierra no fue para Israel una gesta de devastación, como lo fue para tantos conquistadores en la historia. Israel defendió y defiende esta tierra por medio de las armas. Pero conquistarla...la conquistó, plantando y sembrando...
Uno de nuestros mayores orgullos es ver como esta tierra, descuidada y olvidada por todos aquellos que la habitaron durante los últimos dos milenios, hoy tiene verde en cada uno de sus rincones. Israel es el único país sobre la faz de la tierra, que en el presente tiene más árboles de los que tenía en el momento de su independencia.
Tan ligada está nuestra vida como pueblo a los árboles, que incluso Moshé al finalizar el Shirat HaIam, el canto que entonó Israel después de cruzar el Iam Suf, dice Teviemo VeTitaemo BeHar Najaleja. ‘Habrás de traer a Israel –dice Moshé- y los habrás de sembrar (VeTitaemo) en el monte de tu heredad’.
Di-s no solo nos bendijo trayéndonos a esta tierra. Di-s –como buen jardinero que es- nos sembró en está tierra. Con la misma pasión con la que sembró el gan eden después de crear el mundo.
En este Tu BiShvat, afirmamos con esa misma pasión que en tanto mantengamos nuestras raíces profundas y sigamos siendo capaces de dar frutos como pueblo, nadie ni nada nos va a poder arrancar de aquí.