Torá en Español
Parashat Vaikrá
Cazadores cazados
Parashat VaIkrá comienza con una detallada mención de los diferentes ofrendas animales.
Observamos algo interesante respecto a dichas ofrendas. A la hora de elegir cuales serían los animales que irían a ser ofrendados sobre el altar, Di-s eligió animales "perseguidos" y no animales "predadores".
El Midrash se refiere a este detalle en VaIkrá Rabá (27, 5) en base a un versículo del libro de Kohelet (3, 15): "VehaElo-him Ivakesh et HaNirdaf" ("Y Di-s prefiere al perseguido").
Dijo Rav Huna en nombre de Rav Iosef: "Di-s prefiere al perseguido" siempre. Si un justo (Tzadik) persiguiera a otro justo "Di-s prefiere al perseguido". Si un malvado (Rashá) persiguiera a un justo, ""Di-s prefiere al perseguido". Si un malvado persiguiera a otro malvado, "Di-s prefiere al perseguido". Y dicho esto, el Midrash sentencia de manera concluyente e inesperada: Aun si un justo persiguiera a un malvado "Di-s prefiere al perseguido".
El Midrash ilustra aquí hasta que punto llega la misericordia de Di-s. El perseguido –afirman nuestros Sabios- despierta una especial atracción en el Cielo.
Los caminos de Di-s están por encima de nuestro humilde entendimiento. El común de los hombres –sugiere el Midrash- jamás se identificará con los malvados, aun cuando éstos sean débiles y perseguidos...
Cuando salimos del terreno de la compasión divina y volvemos a la tierra, pienso cuán parecido suele obrar el mundo, al observar, opinar y condenar a los protagonistas de este conflicto de Oriente Medio (aun cuando cabría analizar quien es el veradero débil en esta historia).
Pero aquí está la trampa. Un terrorista buscado, monitoreado y aniquilado por un ejército de helicópteros, podrá transformarse en perseguido, pero nunca en Tzadik, siquiera a los ojos de Di-s. Siempre será un perseguido de la más baja calaña.
Existe una combinación "Nirdaf-Rashá" (Perseguido-Malvado) tramposa y peligrosa que puede hacer despertar "compasión" por terroristas asesinos de vidas inocentes sólo por el hecho de ser cazados (por una vez en la vida) y no cazadores.
Alguna vez le escuché decir a un diplómático israelí de alto rango que una de las más peligrosas falacias de este conflicto de Medio Oriente es pensar que la debilidad concede derechos, inmunidad. e impunidad. Ni tener el ejército más equipado de la región te transforma neseariamente en "Rashá". Ni tener un ejército de palos y piedras te transforma necesariamente en "Tzadik".
La naturaleza de los países del mundo se da a conocer a tavés de la manera en que se cofrontan con este dilema. Cuando éstos observan, opinan y condenan la actitud de Israel, sabemos rápidamente quien es quien.
Nos cuenta el Midrash que en tiempos de Rabí Jia Rabá encontraron un zarzir en la tierra de Israel, y lo trajeron para mostrarlo al maestro: ‘¿Podemos comerlo?’, preguntaron los alumos a su maestro sin saber si el animal era puro.
El maestro les respondió: ‘Ponedlo en el techo, y conoceremos su especie es cuando otra ave venga y se pose junto a él’.
Fueron y lo depositaron en el techo. Vino un cuervo egipcio y se paró al lado de él.
Dijo Rabí Jia: ‘Es impuro, porque es de la especie del cuervo, como está escrito: ‘y todo cuervo según su especie’ (Bereshit Rabá 65).
También podremos saber quién es quien, cuando analizamos a quién se apaña y a quién se condena, a quién se comprende y a a quién se censura…
Sabemos otra vez en la historia que nuestro destino está sólo en nuestras manos, que nadie nos defenderá mejor que nosotros mismos y que solo nos resta confiar en nuestras fuerzas físicas y espirituales para poder soñar con un mañana mejor y con un mundo que no se rasgue las vestiduras por la suerte de cazadores cazados.